Autor: Doctora Elvia Quevedo
Durante muchos años se ha discutido sobre la importancia y la relación de la dieta en el manejo de los pacientes con acné. Algunos estudios han desvirtuado la idea que la dieta puede aumentar la severidad del acné, como quienes creen que no tiene relación alguna con el mismo.
Se ha considerado que la dieta con alto índice glicémico genera un aumento en los niveles de insulina circulantes en la sangre y de esa manera aumentan otras hormonas como las masculinas, llamadas andrógenos, que indirectamente aumentan la producción de sebo en la piel. Dentro de los alimentos con mayor índice glicémico están el azúcar, el pan blanco, el arroz blanco, la pasta y otros carbohidratos simples, o bajos en fibra.
Por el contrario, los ácidos grasos como el omega 3 encontrado en los pescados y la comida de mar, pueden inhibir la producción de algunas sustancias inflamatorias llamadas leucotrienos y de esta forma disminuyen las lesiones inflamatorias del acné como son las pápulas, pústulas y la piel grasosa en general.
El chocolate siempre se ha considerado como un alimento agravante del acné, sin embargo, la evidencia aun no es conclusiva. Es bien conocido que los chocolates negros tienen mayores antioxidantes comparados con los chocolates de leche y por lo tanto estos últimos se relacionarían más con la presencia de acné, ya que aumentan unas sustancias llamadas interleuquinas que promueven la inflamación de las lesiones del acné.
De otra parte, la relación entre productos lácteos y acné ha sido estudiada ampliamente sin obtener una clara conclusión. Se considera que algunos lácteos pueden tener ciertos precursores hormonales como la somatomedina, dehidrotestosterona que llevan a cambios en la unidad pilosebacea de la piel en la pubertad.
Se han reportado casos de algunos pacientes que han tenido mejoría al consumir cereales, dietas ricas en frutas y verduras, y la disminución de los alimentos azucarados y procesados . Merece una mención especial la relación de los suplementos antioxidantes con la mejoría de las lesiones de acné, sin embargo los estudios son aun pequeños pero se ha planteado que la ingesta de la piel de las uvas rojas, con alto contenido de reseveratrol, el vino tinto y el maní podrían reducir la actividad inflamatoria del P acnés, bacteria con un rol protagónico en la presencia del acné.
En conclusión aunque hay muchos estudios que relacionan ciertos alimentos con la presencia de acné, estos aún no son conclusivos y carecen del soporte científico necesario para ser eliminados definitivamente en el tratamiento del acné. Es así como el dermatólogo es el experto en guiar con éxito el tratamiento de esta molesta enfermedad.
Autor: Doctora Elvia Quevedo